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¿Como funciona tu memoria?

Por definición, la memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar la información del pasado.​ Sin embargo, no podemos pretender que nuestro cerebro funcione como una cámara, no se trata de un sistema perfecto. Nuestra memoria selecciona y reconstruye la información de manera que no siempre es 100% leal a los hechos acontecidos. Un claro ejemplo de esto es el llamado Efecto Mandela.

     Nelson Mandela falleció el 5 de diciembre de 2013, a causa de una infección respiratoria. El trágico funeral en su honor fue televisado, y así llegó a esta información a Fiona Broome, una bloguera y apasionada de lo sobrenatural. La misma se quedó perpleja ante esta noticia, debido a que recordaba la muerte y el funeral años antes, en los 80, afirmando que Mandela había muerto en prisión.

Inmediatamente publicó el hecho en su blog, alegando la teoría de haber vivido en una dimensión paralela. Sorpresivamente, mucha gente comenzó a apoyarla, diciendo también recordar la muerte del ex presidente en esas fechas. Lo ocurrido cobró popularidad y comenzó a recibir el nombre de Efecto Mandela. Sin embargo, existen muchísimos ejemplos de acontecimientos similares, donde gran parte de la población recuerda los hechos de diferente manera.

 ¿Significa esto que algunas personas viven saltando entre dimensiones paralelas? Es poco probable. Lo que ocurre es que nuestra memoria no funciona como una biblioteca, no llevamos los recuerdos archivados, sino que nuestra memoria debe reconstruir los recuerdos cuando son requeridos. Esta reconstrucción no es siempre leal a lo ocurrido, algunos motivos son los siguientes:

 

  1. La memoria es selectiva: tendemos a borrar los recuerdos negativos, preservando únicamente los que nos interesan. Además, no solo recordamos lo que nos interesa sino cómo nos interesa.

  2. La memoria puede ser sugestionada: es posible que fotos, relatos, medios de comunicación ‘implanten’ recuerdos en nuestra memoria; es decir, que nos hacen recordar hechos que jamás ocurrieron, como haber visto determinada animación en nuestra infancia.

Los recuerdos inventados son fuertes: estos recuerdos irreales se fijan tanto o más que los reales y, en ocasiones, incluso se superponen, lo que hace casi imposible distinguir unos de otros.

Ya sabiendo esto, volvamos al ejemplo que dio nombre al fenómeno, ¿Por qué Fiona recordaba la muerte de Nelson Mandela en los 80, durante su presidio? Evidentemente Mandela no murió en la cárcel, pero sí tuvo una grave enfermedad cerca del final de su condena. En agosto de 1988 enfermó de tuberculosis, noticia que se divulgó.

En ese momento la tuberculosis arrasaba en África y este de Europa, por lo que la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad Emergencia Mundial. Esta noticia pudo infringir en los recuerdos de Broome, haciéndola pensar que esta enfermedad llevó al ex presidente a la muerte.

     Ahora me parecería injusto no comentar el verdadero efecto Mandela, que se produjo después de su muerte. El presidente Obama (de EE.UU) estrechó la mano del presidente Castro (de Cuba) durante el funeral de Nelson Mandela. Esto demuestra que incluso luego de su muerte este hombre siguió uniendo razas y naciones.

Catalina Cura

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